sábado, 18 de enero de 2014

Plutón, exoplaneta Foto: ESO/L. CALÇADA MADRID, 18 Ene. (EUROPA PRESS) - La nave espacial más rápida jamás lanzada al espacio, la New Horizons de la NASA, se aproxima sin pausa hasta su destino, Plutón. Los expertos y el equipo de la misión de la agencia espacial estadounidense ha comenzado la cuenta atrás para la llegada de la sonda al planeta enano, preparada para dentro de 11 meses. New Horizons fue lanzada en 2006 y desde entonces atraviesa el Sistema Solar a más de un millón y medio de kilómetros al día. La intención del equipo es que el primer acercamiento se produzca en enero de 2015, para que la nave realice una campaña fotográfica intensiva, gracias a su procesador de imágenes de Reconocimiento de Largo Alcance (Lorri). Estos ayudará a los controladores de la misión a determinar la ubicación de Plutón, que es incierto por unos pocos miles de kilómetros. "Vamos a utilizar las imágenes para precisar la distancia de Plutón de la nave espacial y, luego corregir los motores hasta conseguir la situación necesaria", ha explicado el encargado de la misión de la NASA, Alan Stern. Todas estas comprobaciones se realizarán para cumplir perfectamente con el acontecimiento más esperado, que tendrá lugar en julio de 2015, cuando la sonda se acerque a sólo 10.000 kilómetros del planeta enano. "A principios de año, Plutón y su luna Caronte serán tan grandes como dos distantes pinchazos, pero pronto se van a hinchar hasta que se puedan observar como mundos de pleno derecho", ha bromeado el investigador. Las imágenes que tomará New Horizons de Plutón en su mayor acercamiento "superarán a las mejores fotografías de Hubble", según ha indicado Stern, quien ha apuntado que si la nave tomara imágenes de la Tierra con su cámara a esa altura "se podrían ver los edificios de manera individual y con su forma". "TODO LO QUE SE VEA SERÁ UNA REVELACIÓN" "La humanidad no ha tenido una experiencia como ésta, en un encuentro con un planeta, desde hace mucho tiempo", ha señalado. A su juicio, "todo lo que se vea del planeta enano en esta misión será una revelación". De hecho, Stern ha comparado este proyecto con la misión de Mariner 4, que sobrevoló Marte en julio de 1965. "En ese momento, muchas personas en la Tierra, incluso algunos científicos, pensaron que el planeta rojo era un mundo relativamente suave, con agua y vegetación que ayudaba a la formación de vida. En cambio, el Mariner 4 reveló una superficie reseca de inquietante belleza", ha apuntado. En cuanto a lo que la NASA espera de esta nave, el investigador ha apuntado que "hay una posibilidad real de que New Horizons descubra nuevas lunas y anillos". "Estamos volando hacia lo desconocido y no se sabe lo que nos íbamos a encontrar", ha concluido.

domingo, 12 de enero de 2014



Max Planck y la teoría cuántica



max-planck-aztronomia
Max Karl Ernst Ludwig Planck nació el 23 abril de 1858, en Kiel, Schleswig-Holstein, Alemania y falleció el 4 de octubre de 1947, en Göttingen. Fue premiado con el Nobel y considerado el creador de la teoría cuántica. Albert Einstein dijo: “Era un hombre a quien le fue dado aportar al mundo una gran idea creadora”. De esa idea creadora nació la física moderna.
Planck estudió en las universidades de Munich y Berlín. Fue nombrado profesor de física en la Universidad deKiel en 1885, y desde 1889 hasta 1928 ocupó el mismo cargo en la Universidad de Berlín. En 1900 Planck formuló que la energía se radia en unidades pequeñas separadas denominadas cuantos.
planck-aztronomiaAvanzando en el desarrollo de esta teoría, descubrió una constante de naturaleza universal que se conoce como la constante de Planck. La ley de Planck establece que la energía de cada cuanto es igual a la frecuencia de la radiación multiplicada por la constante universal. Sus descubrimientos, sin embargo, no invalidaron la teoría de que la radiación se propagaba por ondas. Los físicos en la actualidad creen que la radiación electromagnética combina laspropiedades de las ondas y de las partículas.
Los descubrimientos de Planck, que fueron verificados posteriormente por otros científicos, fueron el nacimiento de un campo totalmente nuevo de la física, conocido como mecánica cuántica y proporcionaron los cimientos para la investigación en campos como el de la energía atómica. Reconoció en 1905 la importancia de las ideas sobre la cuantificación de la radiación electromagnética expuestas por Albert Einstein, con quien colaboró a lo largo de su carrera.
El propio Planck nunca avanzó una interpretación significativa de sus quantums. En 1905 Einstein, basándose en el trabajo de Planck, publicó su teoría sobre el fenómeno conocido como efecto fotoeléctrico. Dados los cálculos de Planck, Einstein demostró que las partículas cargadas absorbían y emitían energías en cuantos finitos que eran proporcionales a la frecuencia de la luz o radiación. En 1930, los principios cuánticos formarían los fundamentos de la nueva física.
fisica_cuantica-aztronomiaPlanck recibió muchos premios, especialmente, el Premio Nobel de Física, en 1918. En 1930 Planck fue elegido presidente de la Sociedad Kaiser Guillermo para el Progreso de la Ciencia, la principal asociación de científicos alemanes, que después se llamó Sociedad Max Planck. Sus críticas abiertas al régimen nazi que había llegado al poder en Alemania en 1933 le forzaron a abandonar la Sociedad, de la que volvió a ser su presidente al acabar la II Guerra Mundial. La oposición de Max Planck al régimen nazi, lo enfrentó con Hitler. En varias ocasiones intercedió por sus colegas judíos ante el régimen nazi.
Max Planck sufrió muchas tragedias personales después de la edad de 50 años. En 1909, su primera esposa murió después de 22 años de matrimonio, dejando dos hijos y dos hijas gemelas. Su hijo mayor murió en el frente de combate en la Primera Guerra Mundial en 1916; sus dos hijas murieron de parto. Durante la Segunda Guerra Mundial, su casa en Berlín fue destruida totalmente por las bombas en 1944 y su hijo más joven, Erwin, fue implicado en la tentativa contra la vida de Hitler que se efectuó el 20 de julio de 1944 y murió de forma horrible en manos de la Gestapo en 1945.
Todo este cúmulo de adversidades, aseguraba su discípulo Max von Laue, las soportó sin una queja. Al finalizar la guerra, Planck, su segunda esposa y el hijo de ésta, se trasladaron a Göttingen donde él murió a los 90 años, el 4 de octubre de 1947.
Max Planck hizo descubrimientos brillantes en la física que revolucionaron la manera de pensar sobre los procesos atómicos y subatómicos. Su trabajo teórico fue respetado extensamente por sus colegas científicos.
Entre sus obras más importantes se encuentran Introducción a la física teórica (5 volúmenes, 1932-1933) y Filosofía de la física (1936).

Radville, Sask Canada




Descubrimiento de la luna más pequeña hallada en la órbita de Neptuno, la número 14 Posted by: aztronomiko In: Neptuno | comment : 0 comentarios Descubrimiento de la luna más pequeña hallada en la órbita de Neptuno, la número 14 Luna en Saturno Un científico del Instituto SETI ha anunciado el descubrimiento de la luna más pequeña hallada en la órbita de Neptuno, la número 14, analizando imágenes tomadas por el telescopio Hubble hace varios años. La nueva luna, conocida como ‘S/2004 N1′, tiene un diámetro de apenas 19 kilómetros y orbita fuera del sistema de anillos del pequeño planeta a unos 105.250 kilómetros de distancia y ni siquiera fue detectada por el vuelo cercano en 1989 de la sonda ‘Voyager 2′. Mark Showalter, del Instituto de Investigaciones sobre Inteligencia Extraterrestre (SETI), encontró el leve punto blanco de la nueva luna de Neptuno el pasado 1 de julio, mientras estudiaba imágenes de larga exposición en el sistema de anillos del octavo y último planeta del sistema solar. Showalter revisó un punto blanco que aparecía insistentemente en más de 150 instantáneas tomadas entre 2004 y 2009 por el telescopio orbital Hubble. Revisión de 150 fotografías Neptuno y Tritón vistos desde la Voyager 2. Neptuno y Tritón vistos desde la Voyager 2. “Las lunas y arcos del planeta orbitan muy rápidamente, así que se ha tenido que encontrar una manera de seguir su movimiento para poner de manifiesto los detalles del sistema”, ha apuntado. Showalter ha indicado que se trata de algo parecido a “un fotógrafo de deportes que hace un seguimiento de un atleta corriendo: el atleta se mantiene en foco, pero falta la definición del fondo”. Así, el método implicaba seguir el movimiento de un punto blanco que aparece una y otra vez en más de 150 fotografías de archivo de Neptuno tomadas por Hubble desde 2004 hasta 2009. Fue entonces cuando Showalter notó que ese punto blanco se encontraba entre las órbitas de las lunas de Neptuno Larissa y Proteus y que completaba una vuelta alrededor de Neptuno cada 23 horas. “Ésta es una luna que nunca se queda quieta en el mismo sitio para que se le pueda hacer una foto”, explicó Showalter sobre la gran velocidad con la que orbita este pequeño satélite. Los otros 13 satélites Tras declarar que Plutón no era un planeta en 2006, Neptuno se ha convertido en el planeta más lejano del sistema solar. El mayor de sus satélites es Tritón, con 2.700 kilómetros de diámetro, que además posee una órbita retrógrada, algo excepcional dentro de los grandes satélites. Por su parte, la luna Nereida, con 340 kilómetros de diámetro, tiene la órbita más excéntrica de todos los satélites del Sistema Solar: su distancia a Neptuno varía entre 1.353.600 y 9.623.700 kilómetros. Antes de la llegada de la sonda espacial Voyager 2, sólo se conocían estos dos satélites, pero la nave de la NASA descubrió otros seis más:Náyade, Talasa, Despina, Galatea, Larisa y Proteo. Estos seis satélites, todos con menos de 200 kilómetros de diámetro, son los más próximos al planeta y poseen una órbita más interior que la de Tritón. Después de eso, se han descubierto cinco pequeñas lunas más (mediante sondeos telescópicos) entre 2002 y 2003, situadas en órbitas lejanas al planeta, las cuales han recibido los nombres de Halímedes, Sao, Laomedeia, Psámate y Neso. Todas ellas poseen órbitas con elevada inclinación y tres tienen una órbita retrógada. El nuevo satélite debería ser nombrado siguiendo las convenciones para los satélites de Neptuno (dios romano de los océanos), por lo que se buscaría entre deidades griegas o romanas relacionadas.

martes, 7 de enero de 2014

Os voy a dejar el enlace de la página del Museo del Prado donde se pueden ver algunos cuadros interesantísimos en alta de calidad.

La verdad es que se alucina con los detalles.

domingo, 5 de enero de 2014


El genio de Sir Isaac y la naturaleza de la luz



Aberración cromática en un telescopio galileano.
A mediados del Siglo XVII, la física o la filosofía natural, como gustaba de ser llamada por entonces, había atraído la atención de miles de aristócratas (los únicos con acceso a una educación digna) a ambos lados del charco atlántico, especialmente en un Reino Unido que empezaba a perfilarse como potencia mundial conforme la decadencia del imperio español comenzaba a atisbarse en el horizonte. Una de las razones de este súbito interés fue el descubrimiento, pocas décadas antes, de que existían objetos que orbitaban alrededor de cuerpos distintos a la Tierra o al Sol, rompiendo definitivamente la doctrina mágica ligada al geocentrismo y demostrando que era posible acercarse a la descripción del Universo a través del raciocinio y la experimentación.
Este logro, llevado a cabo por Galileo Galilei, fue posible gracias a la invención por parte de este, aunque la historia aún duda de su autoría real o accidental, del telescopio refractor, una herramienta óptica que permitía ampliar considerablemente la imagen de objetos muy lejanos, como son los astros del Sistema Solar, mediante el uso de únicamente dos lentes: la primera de ellas, denominada objetivo, de aumento, similar a la de una lupa; mientras que la segunda, denominada ocular, era exactamente lo contrario, empequeñecía los objetos al mirar a través de ella. Estas dos lentes, colocadas de una manera concreta, permitían construir un dispositivo óptico capaz de aumentar varias decenas de veces las imágenes de la Luna, de Júpiter o de las lunas de este gigante gaseoso.
Sin embargo, el telescopio galileano presentaba varios problemas difíciles de superar para la época. El primero, de tipo ingenieril, pues no existían técnicas artesanas capaces de fabricar lentes más allá de cierto tamaño, lo que limitaba la cantidad de luz que el telescopio puede colectar y por tanto impedía que se observasen objetos más lejanos. El segundo, sin embargo, mucho más curioso.

Configuración de un telescopio de Galileo. La lente de la derecha (aumento) es el objetivo, la de la izquierda (reducción) es el ocular.
Al observar objetos lejanos a través del ocular del telescopio, y por tanto, utilizando el máximo nivel de aumento posible; ocurría una cosa muy curiosa, y es que los colores en la imagen observada se distorsionaban de tal manera que uno de los lados de la imagen se teñía de rojo mientras que el lado opuesto lo hacía de azul, dando lugar a un efecto indeseado que impedía apreciar pequeños detalles en la imagen. Quizás fuese este efecto, conocido como aberración cromática, una de las razones que llevase al más famoso físico inglés de todos los tiempos, Isaac Newton, a investigar la naturaleza de la luz y de los colores, dando nacimiento al campo de la óptica.
En su libro, titulado “Opticks: o un tratado de las reflexiones, refracciones, inflexiones y colores de la luz”, el inglés no sólo enuncia las leyes de la reflexión y refracción de los rayos de luz, que modernamente conocemos como óptica geométrica, sino que también resuelve el problema de la aberración cromática aludiendo a la naturaleza de la luz misma. Lo que Newton descubrió era que la luz de Sol, y por tanto prácticamente toda la luz del Sistema Solar, estaba compuesta en realidad de varios rayos de colores que se mezclaban para dar lugar a un haz de color blanco. Haz que, a su vez, se podía descomponer haciéndole atravesar un material transparente, como el vidrio del que están hechos una lente o un prisma, debido a que cada color salía desviado con un ángulo distinto, mucho mayor el del azul que el del rojo.
Lo que Newton había descubierto con este sencillo experimento sobre la naturaleza de la luz del Sol era lo que a día de hoy llamamos índice de refracción, una propiedad de los materiales que determina cuánto se curva un haz de luz al atravesarlos y que ¡¡varía con la longitud de onda!!, es decir, con el color. Por supuesto, estas variaciones son muy pequeñas en la mayoría de los materiales pero suficientes como para que se noten cuando estamos observando una imagen suficientemente ampliada, como en el caso de observar a través de un telescopio. Así, Newton había descubierto el origen de la aberración cromática y, ni corto ni perezoso se dispuso a solucionarla construyendo su propia versión de telescopio.
La idea del inglés para solucionar la aberración cromática era lo que podríamos calificar de “fuerza bruta”. Puesto que la aberración aparecía al atravesar la luz las dos lentes del telescopio, eliminemos las lentes. Para ello, aprovechó otra propiedad de la luz que había venido a demostrar en su tratado, aunque se conocía desde mucho antes, como es el hecho de que se pueden construir espejos de aumento dándole a la superficie reflectora una forma esférica (realmente parabólica, pero hace falta un espejo relativamente grande para apreciar la diferencia… y es mucho más complicado fabricar una parábola). Así, Newton sustituyó el objetivo del telescopio galileano por un espejo esférico, que denominamos espejo primario, y decidió seguir usando una lente como ocular, puesto que esta podía ser mucho más pequeña y no introducía una aberración tan exagerada como si se utilizaban dos lentes. Además, y pese a que el primer prototipo de Sir Isaac apenas medía 5 centímetros de diámetro y daba unos modestos 35 aumentos, es mucho más fácil fabricar un espejo que una lente, entre otras razones porque sólo hay que pulir una cara, y en pocas décadas los telescopios con espejo alcanzarían tamaños impensables para los reflectores, sobrepasándolos en un orden de magnitud.
Sin embargo, surgía un problema, y es que, como todos os habréis dado cuenta, para ver lo que se refleja en un espejo hay que ponerse frente a él y, por tanto, tapar la fuente de luz y el objeto que se quiere observar, lo cual tira por la borda nuestro objetivo fabricar un telescopio. Pero el ingenio de Newton era inmenso y dió con la solución perfecta para este problema, que se convirtió en el verdadero detalle clave del telescopio tipo Newton. Simplemente colocó un segundo espejo (al que evidentemente se denomina como espejo secundario), plano esta vez, que desviaba la luz reflejada en el espejo primario hacia un lateral. Así, el observador situaba el ocular perpendicular al telescopio y no interrumpía la entrada de luz hacia el espejo primario. Una solución increíblemente creativa para un problema no tan trivial.
De esta forma, el científico inglés no sólo había desarrollado uno de los primeros tratados científicos formales dando luz a un nuevo campo científico sino que se había convertido en el primer ingeniero en aplicar los conocimientos teóricos desarrollados en resolver un problema real de una manera eficiente, haciendo avanzar la tecnología de la época. Es una pena que su telescopio original ya no se conserve, pero los aficionados a la astronomía siempre recordaremos a Newton como el genio al que se le ocurrió poner ese espejito ahí dentro del tubo.
Dicen que Newton, en una carta a Robert Hooke en 1675 escribió “Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes” en referencia al trabajo anterior de muchos grandes hombres que le habían llevado a enunciar la “Ley de la Gravitación Universal”. Es gracioso pensar que, a día de hoy, todos los físicos nos apoyamos en sus hombros, Sir Isaac.

viernes, 3 de enero de 2014

ANNUS MIRABILIS

Efecto Fotoeléctrico.


IX. EINSTEIN Y EL EFECTO FOTOELÉCTRICO

DURANTE varios años después de la publicación del trabajo de Planck no se hizo nada con respecto a la hipótesis de la cuantización que había introducido.
En 1905, Albert Einstein publicó un trabajo llamado "Sobre un punto de vista heurístico concerniente a la producción y transformación de luz", más conocido como el trabajo sobre el efecto fotoeléctrico. Fue en este mismo año que Einstein publicó sus otros dos celebrados trabajos: uno en el que presentó la teoría de la relatividad especial y otro en el que trató acerca del movimiento browniano.
Planck había considerado que la energía de las partículas que forman las paredes de la cavidad que produce la radiación de cuerpo negro solamente podía ser emitida o absorbida en múltiplos enteros de un cuanto o elemento de energía. Es más, llegó a esta hipótesis como una argucia matemática, sin mayor realidad física, para poder obtener la distribución que ya había encontrado usando argumentos empíricos de naturaleza puramente termodinámica.
Fue Einstein el primero que, con su trabajo de 1905, dio significado físico a la hipótesis de la cuantización de la energía.
A Planck nunca se le ocurrió la idea de extender la hipótesis de la cuantización a la radiación, es decir, no se le ocurrió suponer que la radiación electromagnética tenía carácter discreto.
La idea de que la luz (y más generalmente la radiación electromagnética) estuviera compuesta por un conjunto de partículas había sido propuesta por Newton, como se vio en el capítulo V. Sin embargo, como también se vio, existen en la naturaleza fenómenos como la interferencia y la difracción que solamente se pueden explicar si la radiación es de naturaleza ondulatoria.
Einstein en su trabajo sugirió que la suposición de que la luz está formada de cuantos discretos de energía podía ser aplicada a algunos fenómenos que la teoría ondulatoria de la luz no podía explicar, como por ejemplo, la fluorescencia y el efecto fotoeléctrico.
Con respecto a la fluorescencia, Einstein sugirió la explicación siguiente. Cada cuanto de radiación o fotón al ser absorbido por los átomos de la sustancia fluorescente (figura 27) estimula la emisión de uno o más fotones. La suma de las energías de los fotones emitidos tiene que ser igual a la energía del fotón absorbido, ya que la energía se debe conservar. Por tanto, si por ejemplo se reemiten dos fotones, éstos deben compartir sus energías de tal manera que su suma sea igual a la del fotón absorbido. Lo cual significa que la energía de cada fotón emitido es menor que la del absorbido. Tomando en cuenta que la energía de un fotón es proporcional a su frecuencia, lo anterior significa entonces que la frecuencia de la radiación emitida será menor que la de la radiación absorbida. Éste es justamente el resultado experimental que ya se había obtenido anteriormente, en particular por Stokes, y que no se había podido explicar con base en la teoría de Maxwell.


Figura 27. Así explica Einstein la fluorescencia. Un átomo absorbe un fotón y luego emite dos o más fotones. De este modo, la energía que absorbió (la del fotón incidente) la comparten los dos fotones emitidos.
Este acuerdo apoya el modelo de Einstein en el cual los cuantos de luz, o fotones, se absorben o emiten en unidades enteras.
Con respecto al efecto fotoeléctrico, Einstein escribió en su trabajo:
La concepción usual, de que la luz está distribuida continuamente en el espacio en el que se propaga, encuentra dificultades muy serias cuando uno intenta explicar los fenómenos fotoeléctricos, tal como los apuntó Lenard en su trabajo pionero.

De acuerdo con el concepto de que la luz incidente consiste de cuantos de energía de magnitud igual al producto de la constante de Planck h por la frecuencia de la luz, sin embargo, uno puede concebir la expulsión de electrones por la luz de la manera siguiente. Cuantos de luz penetran la capa superficial del cuerpo (figura 28) y su energía se transforma, por lo menos en parte, en energía cinética de los electrones. La manera más sencilla de imaginar esto es que un cuanto de luz entrega toda su energía a un solo electrón; supondremos que esto es lo que sucede[...] Un electrón al que se le ha impartido energía cinética dentro del cuerpo habrá perdido parte de esta energía al tiempo que llegue a la superficie. Además, supondremos que para poder escapar del metal electrón tiene que hacer una determinada cantidad de trabajo, característico de la sustancia en cuestión.


Figura 28. Explicación de Einstein del efecto fotoeléctrico. Un fotón de la radiación es absorbido por un electrón de un átomo y como consecuencia es despedido.
Einstein explicó este fenómeno como la colisión de dos partículas: el fotón y el electrón del átomo.
Einstein predijo de esta manera que la energía cinética máxima que debe tener un electrón emitido por un metal debe aumentar al aumentar la frecuencia de la radiación incidente. Este hecho se muestra en la gráfica de la figura 29. La línea 1 corresponde al metal 1, y así sucesivamente. Consideremos, por ejemplo, el metal 3. Para frecuencias menores que f03 no se emite ningún electrón del metal. Al aumentar la frecuencia de la radiación incidente, el electrón va adquiriendo cada vez más energía cinética ya que habrá chocado con fotones más energéticos y éstos le transfieren su energía. Notamos que la mínima frecuencia f0 es característica de cada metal, y como lo sugirió Einstein está relacionada con el trabajo necesario para que el electrón abandone su superficie. Observamos que en esta descripción la intensidad de la radiación no interviene para nada.



Figura 29. Predicción de Einstein del comportamiento de la energía cinética de los fotones despedidos por varios metales. Las líneas son rectas y todas tienen la misma inclinación, que está relacionada con la constante de Planck.
La predicción además nos indica que para cada metal la línea correspondiente tiene que ser precisamente una línea recta. Es más, las rectas que corresponden a distintos metales deben ser paralelas. Einstein encontró que la inclinación de estas rectas es universal, o sea la misma para todas las sustancias y está relacionada con la constante de Planck. 
Einstein dice:

De lo que me puedo cerciorar, no hay contradicción entre estas concepciones y las propiedades del efecto fotoeléctrico observadas (experimentalmente) por Lenard. Si cada cuanto de energía de la luz incidente, independientemente de todo lo demás, entrega toda su energía a un solo electrón, entonces la distribución de la energía cinética de los electrones expulsados será independiente de la intensidad de la luz incidente.

Estas predicciones hechas por Einstein son justamente las que se habían encontrado anteriormente de resultados experimentales (véase el capítulo VII) y sugieren una explicación de todas las observaciones que parecían ser paradójicas en el contexto de la teoría de Maxwell.
Los datos experimentales disponibles en 1905 solamente sugirieron que las conclusiones de Einstein eran correctas, pero para 1916 la validez de la relación de Einstein entre la máxima energía cinética de los electrones y la frecuencia de la radiación absorbida se había confirmado plenamente.
E. Ladenburg demostró experimentalmente en 1903 que la energía de los electrones expulsados es independiente de la intensidad de la luz, pero proporcional a su frecuencia. Posteriormente, en 1912, A. L. Hughes midió la máxima energía cinética de los electrones emitidos por un buen número de elementos: potasio, calcio, magnesio, cadmio, cinc, plomo, bismuto y arsénico. Encontró, en primer lugar que efectivamente la energía cinética de los electrones daba una línea recta al cambiar la frecuencia de la luz. Además encontró que la inclinación de estas rectas, para todas las sustancias con las que trabajó, era igual, es decir, era una inclinación universal (ver figura 29). Fue Robert Millikan quien, en una brillante serie de experimentos muy detallados, eliminó cualquier duda acerca de la validez de las conclusiones obtenidas por Einstein. Al recibir el premio Nobel de Física en 1923 por su trabajo, Millikan dijo: 
Después de diez años de probar, cambiar, aprender y a veces equivocarse, todos los esfuerzos, habiendo estado dirigidos desde el principio a la medición experimental precisa de las energías de emisión de los fotoelectrones, ora como función de la temperatura, ora de la frecuencia, ora del material, este trabajo resultó, contradiciendo mis propias esperanzas, en la primera prueba experimental directa en 1914 de la validez exacta, dentro de muy estrechos límites de errores experimentales, de la ecuación de Einstein, y de la primera determinación fotoeléctrica directa de la constante h de Planck. 

Esta última determinación a la que se refiere Millikan resultó a partir de la inclinación de las rectas, que como vimos arriba, está relacionada con la constante de Planck.
El efecto fotoeléctrico presentaba otra gran dificultad para la teoría de la radiación de Maxwell. En 1916, lord Rayleigh estimó que de acuerdo con la teoría de Maxwell a un electrón dentro de un metal le debería de llevar un periodo de varias horas absorber la energía suficiente de un haz de radiación para poder escapar. Sin embargo, como ya lo habían notado J. Elster y H. Geitel en 1900, la aparición de fotoelectrones ocurre prácticamente en forma simultánea con la iluminación de la superficie del metal. En 1928, E. O. Lawrence y J. W. Beams encontraron que el intervalo entre la incidencia de la radiación la aparición de los electrones era menor que 3 X 10-9 segundos. En 1955, A. T. Forrester y colaboradores establecieron, al trabajar con mayor precisión, que este intervalo debería ser menor que l0-10 segundos. La explicación de este hecho es muy sencilla de acuerdo con las ideas de Einstein. Si el efecto fotoeléctrico se debe a la colisión entre un fotón y un electrón dentro del metal, entonces la transferencia de la energía es prácticamente instantánea.
Es así como el trabajo de Einstein pudo explicar algunos fenómenos que no se podían explicar con la teoría de la radiación de Maxwell. Sin embargo, se presentaba una gran contradicción. Por un lado existían fenómenos en la naturaleza, como por ejemplo la interferencia y la difracción, que se explicaban solamente con una teoría ondulatoria, mientras que por otro lado había otros fenómenos, como el efecto fotoeléctrico, que solamente se podían explicar suponiendo que la luz estaba compuesta de corpúsculos Entonces ¿qué era la luz, onda o partícula? Nos adelantaremos un poco en este relato para continuar el tema del desarrollo conceptual de la naturaleza de la luz.
El mismo Planck se mostró renuente a aceptar la extensión de Einstein a la radiación electromagnética. En 1910 Planck escribió: "Si el concepto de fotón se aceptara, la teoría de la luz regresaría por siglos a la época en la que los seguidores de Newton y Huygens disputaban sobre la cuestión de partícula contra la teoría ondulatoria de la luz. Todos los frutos del gran trabajo de Maxwell estarían amenazados por unas cuantas especulaciones más bien dudosas".
Las ideas de Einstein desafiaban de manera fundamental toda la teoría electromagnética entonces conocida. Se presentaron las siguientes cuestiones: a) ¿Por medio de qué proceso se absorben y se emiten los fotones?; b) los fotones no tienen la permanencia que tienen las partículas materiales. De las ideas de Einstein parecería que los fotones se pueden destruir y crear, de una manera que no ocurre con otras partículas; c) ¿cómo se puede asociar una periodicidad a los fotones, si son partículas?; d) si la luz esta compuesta de fotones, ¿cómo puede entonces dar lugar a fenómenos como la interferencia y la difracción?
En 1909, Einstein publicó un trabajo con el que se inició la ardua comprensión profunda de la naturaleza de la luz. Consideró la radiación contenida en un volumen dado, y calculó las fluctuaciones en los valores de la energía, con respecto a su valor promedio. Encontró un resultado muy sorprendente. Estas fluctuaciones son iguales a la suma de dos términos: uno de ellos es igual al que se obtendría con base en la teoría ondulatoria de Mawell; el otro término es igual al que se obtendría de acuerdo con la teoría corpuscular de la luz. Es decir, Einstein encontró el resultado de que las fluctuaciones de la radiación son la suma de un término correspondiente a las fluctuaciones de ondas y de otro que corresponde a las fluctuaciones de partículas.
Al analizar con cuidado las características de los términos obtenidos por Einstein se encuentra uno con lo siguiente: para frecuencias muy grandes el término que domina es el correspondiente a las partículas, mientras que para frecuencias muy pequeñas, el que domina es el correspondiente a ondas. Sin embargo, con las frecuencias cuyos valores no son ni altos ni bajos, los dos términos son comparables, por lo que ambos contribuyensimultáneamente. Esto significa que ¡la radiación se comporta al mismo tiempo como si fuera onda y partícula! Es decir, que hay una dualidad onda-corpúsculo.
¿Teoría ondulatoria o teoría corpuscular de la luz? Todos los físicos de esa época, a excepción de uno, seguían convencidos de la naturaleza ondulatoria de la luz. Sólo Johannes Stark creía en las partículas de Einstein. Pero para todos, incluido Stark, regía el principio de "o lo uno o lo otro". Sin embargo, Einstein se había dado cuenta de que tenía que ser "tanto lo uno como lo otro". Efectivamente era un prejuicio creer que todo ente físico tenía que ser o bien partícula o bien onda, y por cierto, un prejuicio firmemente establecido en la mente de todo el mundo. De hecho la mecánica de Newton se había desarrollado tomando en cuenta las partículas, mientras que el electromagnetismo de Maxwell las ondas. No existía, ni se concebía entonces, una teoría para entes que fueran "tanto lo uno como lo otro". Con ello Einstein se adelantó a sus colegas.
Se encuentra uno ahora ante una situación aparentemente paradójica en la cual parece que la naturaleza de la radiación electromagnética es tal que dos comportamientos irreconciliables, el ondulatorio y el corpuscular, se aplican a diferentes dominios. En ciertas condiciones experimentales la radiación se comporta como si fuera una onda, mientras que en otras condiciones experimentales se comporta como si fuera una partícula. Así, para los fenómenos macroscópicos de reflexión, refracción, interferencia, difracción la radiación se comporta como si fuera onda, mientras que para otros fenómenos, microscópicos, en que se ven involucradas interacciones entre la radiación y los átomos de sustancias, la radiación se comporta como si fuera un corpúsculo. La luz es entonces de naturaleza dual.
En el mismo año de 1909 Einstein presentó este último trabajo en un congreso que se llevó a cabo en Salzburgo, Austria, el primero al que asistió. Al terminar Einstein de presentar sus conclusiones Planck, como director de debates, hizo uso de la palabra. Con valor oficial, por ser la gran autoridad de la física, Planck negó su aprobación a la hipótesis de los cuanta de luz. No obstante, quedó patente públicamente la alta consideración que Planck tributó al joven Einstein. La ponencia de Einstein ante el foro de científicos y la respuesta de Planck fueron una demostración de un duelo entre caballeros. Einstein fue recibido, a la vista de todos, entre los primeros físicos del momento.
"Debo confesar —decía Fritz Reiche, asistente de Planck, que estuvo presente en el debate—que me quedé impresionado cuando en la fórmula de las fluctuaciones que demostró Einstein apareció ese segundo término [el correspondiente a la naturaleza corpuscular]. Pero naturalmente eso fue sólo una prueba muy indirecta de la existencia de los fotones. Recuerdo que la gente estaba muy en contra, e intentaron buscar otra fundamentación."

Einstein ya estaba destacando de una manera muy singular. No se le podía medir con criterios normales. Había puesto en marcha —hacía ya cuatro años— el derrumbamiento de la imagen que del mundo a nuestro alrededor se tenía en la física. Pero en contraste con las revoluciones políticas que arman mucho ruido, esta subversión científica llegó muy silenciosa. Pocos físicos que escucharon a Einstein en Salzburgo se dieron cuenta de que estaban en medio de una revolución. 

Movimiento Browniano.

El mismo año en el que Einstein publicó la teoría especial de la relatividad, también publicó un artículo igualmente revolucionario sobre los movimientos aleatorios de las moléculas, algo habitualmente conocido como movimiento browniano. El movimiento de una partícula en un líquido es algo mucho menos sexy que los movimientos en el espaciotiempo o la afirmación de que la masa es una forma de energía o que la luz está constituida por partículas, por lo que la explicación de Einstein del movimiento browniano ha sido completamente eclipsada por sus otras teorías. Sin embargo, si Einstein sólo hubiese publicado el por qué las partículas se mueven como lo hacen, habría merecido el premio Nobel por ello.

En 1827 Robert Brown estudió el movimiento de los granos de polen en un líquido usando un microscopio. Descubrió que se movían al azar y sin nada aparentemente que les hiciese moverse. Antes ya había habido observaciones de este movimiento (entre ellas las realizadas por Jan Ingenhousz en 1785), pero nadie lo había estudiado de forma tan amplia, probando que los granos no se movían porque estuviesen vivos, y que partículas de vidrio o de granito exhibían el mismo comportamiento. Hoy, la idea de que las partículas intercambien el sitio con las moléculas en un líquido y, como consecuencia, se mueven al azar no parece tan extraña. Ello se debe a que estamos familiarizados con las ideas de molécula y átomo, pero en la época de Brown los científicos desconocían su existencia. En los años en los que Einstein comenzó a estudiar ciencia, la física y la química, en ese momento campos con relativamente poco en común, habían comenzado a incorporar la idea de átomo en sus teorías, pero había una gran división entre los científicos sobre si realmente existían. Quizás, pensaban algunos, los átomos y las moléculas eran simplemente una forma matemáticamente conveniente de describir ciertos fenómenos, pero no eran una representación verdadera de la realidad.

Einstein tenía muy claro que los átomos existían. Tanto es así que muchos de sus primeros trabajos de investigación asumían que la materia podía dividirse en partículas discretas. Hizo su tesis doctoral “Una nueva determinación de las dimensiones moleculares” sobre cómo determinar el tamaño de las moléculas midiendo su movimiento browniano en un líquido. Una versión de esta tesis se publicó en Annalen der Physik en abril de 1905, y es uno de los primeros artículos en mostrar de forma definitiva que las moléculas no son artificios matemáticos, sino entes reales.

Once días más tarde, Einstein publicó un artículo sobre el movimiento browniano mismo. El artículo se titulaba “Sobre el movimiento de pequeñas partículas suspendidas en líquidos en reposo requerido por la teoría cinético-molecular del calor”, por lo que no indicaba que se tratase del movimiento browniano. Simplemente decía en su párrafo de apertura que iba a describir el movimiento de las moléculas suspendidas en un líquido, y que quizás este fenómeno era idéntico a un fenómeno químico del que había oído hablar, el movimiento browniano. Desde ese punto de partida, continuó demostrando que podía usar las teorías del calor en vigor para describir cómo el calor, incluso a temperatura ambiente, provocaría que las moléculas del líquido estuviesen en continuo movimiento. Este movimiento haría a su vez que cualquier partícula suspendida en el líquido resultase empujada. Einstein acababa de ofrecer la primera explicación del movimiento browniano (Marian Smoluchowski llegaría a un resultado similar en 1906 de forma independiente).

A continuación Einstein daba una descripción matemática de cómo se moverían las partículas en el seno del líquido. Usó el análisis estadístico para calcular el camino promedio de dichas partículas. Si bien el movimiento de la partícula sería al azar, desplazándose brevemente a la izquierda para hacerlo después hacia la derecha, Einstein demostró que se podía determinar una dirección básica para el movimiento. Es análogo al movimiento de un borracho, que va para allá y después para acá, tropieza con el banco, cruza la calle tres veces, se abraza a la farola, pero en términos generales se dirige hacia su casa. Una observación del borracho permite determinar la zona hacia la que se dirige y hacer predicciones sobre el tiempo que tardará en llegar incluso sin saber exactamente con cuantos objetos tropezará durante el trayecto. Se puede obviar el azar a corto plazo para hacer predicciones acerca de lo que sucederá a largo.

El artículo de Einstein ofrecía una explicación del movimiento browniano, pero fueron otros científicos los que llevaron a cabo los experimentos que demostraron que las moléculas existían realmente, y que era la transmisión de calor la que causaba su movimiento en un líquido. En 1908, Jean Baptiste Perrin estudió la forma en la que las partículas sedimentan en el agua por la influencia de la gravedad. La sedimentación encuentra la oposición de los choques de las moléculas desde abajo, por lo que el movimiento browniano se opone a la atracción gravitatoria. Perrin usó este descubrimiento para calcular el tamaño de las moléculas de agua basándose en las ecuaciones de Einstein. Por este trabajo recibió el premio Nobel de física en 1926.

Toda esta investigación sobre el movimiento browniano resolvió el problema que enfrentaba a físicos y químicos sobre si la materia era fundamentalmente continua o estaba constituida por partículas. Con su tesis doctoral, su trabajo sobre el movimiento browniano, y su artículo sobre el efecto fotoeléctrico, Einstein fue crucial para la creciente aceptación de la existencia de átomos y moléculas. Y, sin embargo, Einstein no volvería a trabajar con nada relacionado directamente con moléculas en el resto de su carrera científica.

Relatividad Especial o Restringida.
La teoría de la relatividad, tal como la desarrolló Einstein, tuvo dos formulaciones diferentes. La primera es la que corresponde a dos trabajos publicados en 1906 en losAnnalen der Physik. Es conocida como la Teoría de la relatividad especial y se ocupa de sistemas que se mueven uno respecto del otro con velocidad constante (pudiendo ser igual incluso a cero). La segunda, llamada Teoría de la relatividad general (así se titula la obra de 1916 en que la formuló), se ocupa de sistemas que se mueven a velocidad variable.La teoría de la relatividad, desarrollada fundamentalmente por Albert Einstein, pretendía originalmente explicar ciertas anomalías en el concepto de movimiento relativo, pero en su evolución se ha convertido en una de las teorías más importantes en las ciencias físicas y ha sido la base para que los físicos demostraran la unidad esencial de la materia y la energía, el espacio y el tiempo, y la equivalencia entre las fuerzas de la gravitación y los efectos de la aceleración de un sistema.

Teoría de la relatividad especial
Los postulados de la relatividad especial son dos. El primero afirma que todo movimiento es relativo a cualquier otra cosa, y por lo tanto el éter, que se había considerado durante todo el siglo XIX como medio propagador de la luz y como la única cosa absolutamente firme del Universo, con movimiento absoluto y no determinable, quedaba fuera de lugar en la física, que no necesitaba de un concepto semejante (el cual, además, no podía determinarse por ningún experimento).

Einstein


El segundo postulado afirma que la velocidad de la luz es siempre constante con respecto a cualquier observador. De sus premisas teóricas obtuvo una serie de ecuaciones que tuvieron consecuencias importantes e incluso algunas desconcertantes, como el aumento de la masa con la velocidad. Uno de sus resultados más importantes fue la equivalencia entre masa y energía, según la conocida fórmula E=mc², en la que c es la velocidad de la luz y Erepresenta la energía obtenible por un cuerpo de masa mcuando toda su masa sea convertida en energía.
Dicha equivalencia entre masa y energía fue demostrada en el laboratorio en el año 1932, y dio lugar a impresionantes aplicaciones concretas en el campo de la física (tanto la fisión nuclear como la fusión termonuclear son procesos en los que una parte de la masa de los átomos se transforma en energía). Los aceleradores de partículas donde se obtiene un incremento de masa son un ejemplo experimental clarísimo de la teoría de la relatividad especial.
La teoría también establece que en un sistema en movimiento con respecto a un observador se verifica una dilatación del tiempo; esto se ilustra claramente con la famosa paradoja de los gemelos: "imaginemos a dos gemelos de veinte años, y que uno permaneciera en la Tierra y el otro partiera en una astronave, tan veloz como la luz, hacia una meta distante treinta años luz de la Tierra; al volver la astronave, para el gemelo que se quedó en la Tierra habrían pasado sesenta años; en cambio, para el otro sólo unos pocos días".


Equivalencia Masa-Energía

El cuarto artículo de aquel año se titulaba Ist die Trägheit eines Körpers von seinem Energieinhalt abhängig? ("¿Depende la inercia de un cuerpo de su contenido de energía?") y mostraba una deducción de la ecuación de la relatividad que relaciona masa y energía.
En este artículo se decía que "la variación de masa de un objeto que emite una energía L es L/V²", donde V era la notación para la 
velocidad de la luzusada por Einstein en 1905.
Esta ecuación implica que la
energía E de un cuerpo en reposo es igual a su masa m multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado:

Muestra cómo una partícula con masa posee un tipo de energía, "energía en reposo", distinta de las clásicas 
energía cinética y energía potencial. La relación masa - energía se utiliza comúnmente para explicar cómo se produce la energía nuclear; midiendo la masa de núcleos atómicos y dividiendo por el número atómico se puede calcular la energía de enlace atrapada en los núcleos atómicos. Paralelamente, la cantidad de energía producida en la fisión de un núcleo atómico se calcula como la diferencia de masa entre el núcleo inicial y los productos de su desintegración multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado.